las dos ways
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martes, 9 de noviembre de 2010
UNA PEQUEÑA REALIDAD
SALIDA: Cada segundo
LLEGADA: Nunca lo sabrás.
DESTINO: LA VIDA
LLEGADA: Nunca lo sabrás.
DESTINO: LA VIDA
Nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de peQueños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, con algunas subidas y bajadas tristes.
Cuando nacemos subimos al tren, encontramos dos personas queridas, que nos harás conocer el viaje hasta el fin: “Nuestros Padres”.
Lamentablemente, ellos en alguna estación se bajarán para no volver a subir más…
Quedaremos huérfanos de su cariño, protección y afecto.
Pero a pesar de esto, nuestro viaje deberá continuar… conoceremos otras interesantes personas durante la larga travesía, entre ellos nuestros hermanos, hijos, amigos y amores.
Muchos de ellos sólo realizarán un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado, compartiendo alegrías y tristezas.
En el tren, también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite.
Es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos deciden sentarse alejados de nosotros, en otros vagones…!!!
Muchos se bajarán y dejarán recuerdos imborrables, para ellos el viaje “Terminó”.
Otros, en cambio, viajarán ocupando asientos, sin que nadie perciba que están ahí sentados… Eso nos lleva a realizar el viaje distante de ellos… Pero eso no nos impedirá, aunque tal vez con alguna dificultad, acercarnos a ellos.
Lo difícil es aceptar que, a pesar de estar cerca… no podremos sentarnos juntos, pues muchas veces otras son las personas que los acompañan.
Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas.
Sabemos que este tren solo realiza un viaje, el de ida… Tratemos entonces de viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada unos de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje, alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso. A nosotros también nos ocurrirá lo mismo y seguramente alguien nos entenderá y ayudará.
El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cual estación nos tocará descender.
Pienso cuando tenga que bajarme del tren, ¿sentiré añoranza? Mi respuesta es SÍ: dejando a mis hijos viajando solos será muy triste, separarme de los amores de mi vida será doloroso. Pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volveremos a encontrar en la estación principal.
Cuando nacemos subimos al tren, encontramos dos personas queridas, que nos harás conocer el viaje hasta el fin: “Nuestros Padres”.
Lamentablemente, ellos en alguna estación se bajarán para no volver a subir más…
Quedaremos huérfanos de su cariño, protección y afecto.
Pero a pesar de esto, nuestro viaje deberá continuar… conoceremos otras interesantes personas durante la larga travesía, entre ellos nuestros hermanos, hijos, amigos y amores.
Muchos de ellos sólo realizarán un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado, compartiendo alegrías y tristezas.
En el tren, también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite.
Es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos deciden sentarse alejados de nosotros, en otros vagones…!!!
Muchos se bajarán y dejarán recuerdos imborrables, para ellos el viaje “Terminó”.
Otros, en cambio, viajarán ocupando asientos, sin que nadie perciba que están ahí sentados… Eso nos lleva a realizar el viaje distante de ellos… Pero eso no nos impedirá, aunque tal vez con alguna dificultad, acercarnos a ellos.
Lo difícil es aceptar que, a pesar de estar cerca… no podremos sentarnos juntos, pues muchas veces otras son las personas que los acompañan.
Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas.
Sabemos que este tren solo realiza un viaje, el de ida… Tratemos entonces de viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada unos de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje, alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso. A nosotros también nos ocurrirá lo mismo y seguramente alguien nos entenderá y ayudará.
El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cual estación nos tocará descender.
Pienso cuando tenga que bajarme del tren, ¿sentiré añoranza? Mi respuesta es SÍ: dejando a mis hijos viajando solos será muy triste, separarme de los amores de mi vida será doloroso. Pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volveremos a encontrar en la estación principal.
Saber vivir es poder ofrecer lo mejor a todos los pasajero.
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